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Duelo en el Savegre

Las limpias aguas de El Savegre que bajan entre las estribaciones de la Cordillera de Talamanca hasta juntarse con el Océano Pacífico, hoy discurren con tristeza, el murmullo cantarín hoy se ha vuelto llanto, ¿pero por qué llora el río?, porque uno de sus hijos más amados, al igual que el quetzal que vuela entre los robles, ha volado hasta el más allá, a unirse con otros que convivieron con sus luchas como su amada Caridad, a quien tanto añoró desde su partida, ha partido a la morada celestial don Efraín Chacón Ureña, el patriarca de San Gerardo de Dota.

 

Este pionero del turismo ecológico, el hombre que luchó con la montaña pero que tuvo la sapiencia de reconciliarse con ella y convertirla en un santuario, tuvo reconocimientos tanto a nivel nacional como internacional; en nuestro patio se le declaró Pionero de Turismo en la Expotur del año 2003 por la Asociación Costarricense de Profesionales en Turismo, durante la reinauguración del Monumento a Pepe Figueres en 2016, el presidente de la República, Luis Guillermo Solís le entregó el reconocimiento de la medalla de La Paz y la democracia en Costa Rica, a nivel internacional título Doctor Honoris Causa por la Universidad de Cooperación Internacional en el 2011 y el botón Escudo de Armenia, en el festival de Quindío en Colombia; todo a pesar de que, como lo narró don Efraín en su libro, tuvo que dejar la escuela en tercer grado para empezar a trabajar con sus tíos en el campo y poder ayudar a la economía familiar muy golpeada para una madre abandonada con dos hijos.

Hoy parte a la eternidad con la tranquilidad del deber cumplido, ciudadano insigne, que cuando la Patria lo llamó, empuñó las armas a la par de don Pepe para defender la libertad del sufragio, nunca por prebendas ni beneficio personal, sino con el convencimiento que hacía lo correcto.

A la par de su hermano Federico, rompió montaña para buscar un sitio donde su familia pudiera sobrevivir, hasta llegar a ese santuario de la naturaleza que hoy disfrutan nacionales y extranjeros, donde en su momento voltearon montaña pero que luego tuvieron la visión de conservarlo para las futuras generaciones.

Gracias don Efraín por tanto que dejó en esta tierra, gracias por su valentía, por su capacidad de expresar sus ideas, por esa memoria que cada vez que conversábamos nos trasladaba a pasajes de su vida y cuyas historias se plasmaron en el libro de sus memorias, donde me dio el honor de hacer la presentación. Gracias por la amistad que tuvo con mi papá, con quien me imagino ya se reencontró, en ese lugar donde todos algún día llegaremos. ¡Hasta siempre don Efraín!

Gustavo Elizondo Fallas.
Fuente: https://cambiopolitico.com/duelo-en-el-savegre/201894/

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